Reportaje de Forjas Brun para Conocer Navarra

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Chisporrotea la fragua y el silencio se rompe por el sonido del martillo golpeando el hierro candente sobre el yunque. Es el día a día de Eduardo Brun, uno de los vástagos de Gerardo, el patriarca de Forjas Brun. Desde que tenía seis años, Eduardo recuerda ver a su abuelo y a su padre trasteando con el fuego y creando figuras mágicas a partir de un pedazo de hierro. Imbuido en esa atmósfera, absorbió todos la secretos de la saga de forjadores y soldadores transmitidos de padres a hijos desde 1772. Son ya siete las generaciones de la familia Brun dedicadas a este oficio antiquísimo, que Eduardo sigue desempeñando como antaño. “Recuerdo perfectamente un día que vi a mi hijo asomado a la fragua y de repente me vino a la cabeza la misma escena, pero de años atrás, con mi abuelo y yo como protagonistas”, rememora Eduardo, quien desempeña hoy día el oficio junto a su hermano, Gerardo, en el pueblo de Izurdiaga. 

Así comienza el texto de este reportaje escrito por Carole Eslava publicado por Conocer Navarra. 

Las fotografías las tomé una mañana muy fría del pasado mes de febrero. Estábamos en el jardín museo de la casa familiar y el agua que había en varios recipientes estaba helada. A pesar del frío, el ambiente de la casa y la acogida de la familia Brun hizo que todo empezara a fluir. La mañana se pasó en un suspiro y la sensación en el viaje de vuelta fue de satisfacción. Había material suficiente para el encargo, habíamos conocido de primera mano a esta familia de artesanos y su oficio, vimos su destreza y nos sentimos un poco más parte de esta tierra.  Creo que el sentir de Carole fue similar al mío.

Os recomiendo la visita a la Forja Brun en Izurdiaga, pero id con tiempo, con las orejas y los ojos bien abiertos, con ganas de aprender y de sentir. Preguntad a los Brun, los magos de la forja…